5 aspectos para no perder la cabeza durante el confinamiento

Bienestar

Los negocios no esenciales han cerrado, muchos empleos se han perdido, otros han reducido el salario de sus trabajadores. Los deportes se han cancelado lo mismo que las celebraciones de cumpleaños o bodas y las calles se ven vacías. 

Nuestra historia moderna no había tenido un acontecimiento así, nos parecía ajeno leer sobre la peste negra o la fiebre española, pero en ese entonces como hoy no estamos seguros del futuro. 

En estos tiempos de pandemia se vuelve imperativo el cuidarnos haciendo de nuestra salud física y mental una prioridad; nuestra salud mental nunca ha sido más crítica que ahora. Equilibrar la mente, el cuerpo y el espíritu es necesario para una vida feliz y plena.  Y en momentos de crisis es vital que estemos atentos a la protección de ese equilibrio.

Sabemos que la mente, el cuerpo y el espíritu están conectados. El desequilibrio en uno de estos puede afectar negativamente a los demás. Por ejemplo, el estrés emocional sostenido por mucho tiempo puede causar presión arterial alta u otras enfermedades en un cuerpo sano. Del mismo modo, una enfermedad o lesión física puede llegar a causar depresión en una mente generalmente sana.

¿Por dónde inicio?

No estamos seguros de cuando y cómo acabará esto. Pero, el Covid-19 nos esta moviendo, empujando para aprender nuevas cosas, para tomar el cambio que habíamos dejado en el tiempo, para reconectarnos con las personas lejos de nosotros, pero también para reconectarnos con nosotras mismas, aunque con dosis de estrés y de ansiedad que no nos lo hace ni fácil ni placentero. 

Aquí te dejamos estas 5 sugerencias para no perder la cabeza por el confinamiento:

1: Toma conciencia. 

En psicoterapia, uno de los aspectos primordiales en el proceso de curación es conseguir que la persona tome conciencia de los acontecimientos que generan malestar. Nuestro cuerpo se comunica con nosotros por medio de señales, a veces sutiles – como los cambios en el nivel de energía o el estado de ánimo-, y a veces no tan sutiles. Tomar conciencia de nuestros pensamientos y sentimientos nos ayuda también a modificar comportamientos que no son saludables. 

Tomar conciencia requiere que seamos sinceras con nosotras, que evaluemos el cómo nos esta afectando esta situación, el cómo me estoy sintiendo con todo ello. Tomar conciencia no implica ser juiciosa contigo, implica únicamente verte desde otra perspectiva. 

2. Añade Intención

Hacer conciencia no sirve por sí sola. Necesita una intención de cambio, es decir, una vez que me he hecho consciente, por ejemplo, mi dificultad de poner límites es posible hacer una reconstrucción sobre ese hecho y puede ser que acepte esa dificultad en mi o que trabaje para subsanar esa dificultad. 

Entonces, una vez que ya sé cómo me siento puedo atender la siguiente pregunta: ¿qué es lo que quiero? Una crisis de salud como la que estamos experimentando o la llegada de otra situación no planeada, cambia el rumbo de nuestra vida como la habíamos pensado y esto puede ser un desafío. Es por ello que es importante crear nuevas metas y planes. Estos pueden ser incluso diferentes, pero también pueden ser significativos y gratificantes.

3. Reflexiona

El significado y el propósito son de mucha ayuda para lidiar con emociones como la pérdida y el dolor, la desesperanza, la desesperación y la tristeza; te permiten que aceptes la nueva normalidad, de encontrar la posibilidad de controlar tu perspectiva de la vida.

Escribir un diario o poesía, hacer arte, platicar con alguien que ha estado en la misma situación o simplemente hablar con alguien que consideremos importante en nuestra vida suele ser de ayuda para destrabarnos.  Intenta responder estas preguntas con estas acciones: ¿Quién soy?, ¿Cuál considero que es mi propósito?, ¿Cómo encajo en mi familia, mi comunidad, mi vida?,¿Cuáles son mis creencias espirituales?

Si tienes una enfermedad o dolor, piensa y escribe sobre el significado de la enfermedad o el dolor que tiene en tu vida. La reflexión puede ayudarte a comprender algunos de los temas centrales de tu vida y a encontrar significado en ellos.

4. Tres pasos a la vez

Hacer una lista de lo que requerimos hacer durante el día es muy estimulante, además de que tienen un efecto gratificante el palomear aquello que terminamos sin contratiempos. Este simple hecho genera neurotransmisores que nos hacen sentir satisfechas con nosotras mismas. 

Si ya has llegado hasta aquí ahora plantéate 3 cosas por hacer al día, tres cosas que pueden empezar por hacer la diferencia. Puede ser caminar, hacer meditación y llamar a esa persona especial. ¿Qué pasos serían los tuyos? 

5. Continua con tu terapia 

Si estabas asistiendo a una terapia psicológica por un trastorno de salud mental, por abuso de sustancias o simplemente para sentirte mejor antes de que comenzara esta pandemia, este no es el momento de detenerlo. Este tiempo de incertidumbres puede ser especialmente desencadenante de angustia y de ansiedad. Es esencial mantenerse conectado con tu psicoterapeuta, seguramente ofrece terapia virtual para cumplir con las pautas de distanciamiento social.

Y si antes no lo considerabas, ten en cuenta esto: los desastres naturales (ej., huracanes) o ambientales (ej., derrames de petróleo) y cualquier evento traumático, casi siempre van acompañados de aumentos en la depresión, de ansiedad, de trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastorno por uso de sustancias, una amplia gama de otros trastornos mentales y violencia doméstica. No esperes a que la epidemia acabe, busca ayuda de un profesional. 

En estos tiempos, y sobre todo en estos tiempos, la salud mental no es un lujo. Es una necesidad. 


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