¿Por qué debería llevar a mi hija o hijo a terapia psicológica?

En muchas ocasiones como mamá o papá presentimos que nuestrx hijx tiene alguna dificultad, entonces tratamos de ayudarle o de corregir ciertas conductas mediante las técnicas  que heredamos de nuestras familias, a veces averiguamos algunas nuevas formas de educar o corregir a nuestro hijo, incluso platicamos con otros padres  para saber si les va igual que a nosotros en la crianza o si nos pueden compartir algún consejo. Sin embargo, existen algunas condiciones que difícilmente se resolverán pidiendo consejos o investigando.

La labor de los padres no es sencilla, exige un gran esfuerzo e inversión de tiempo, pero además se vuelve un reto emocional cuando identificamos que no podemos o no sabemos cómo ayudarles a nuestros hijxs  a superar o modificar ciertas cosas, y es que puede existir  una mezcla de frustración y de enojo por las expectativas que tenemos de nosotros mismos sobre nuestro desempeño parental, así  como tristeza por los problemas que genera  la condición o situación por la que está pasando el infante y temor a que las cosas se compliquen cada vez más.  Cabe mencionar que en muchos de los casos se tiene además una fuerte presión social que se ejerce por parte de la familia, y de la escuela, ya que la mayoría de las situaciones que llevan a las y  los niños y adolescentes a terapia, impactan en su desempeño académico y/o  social.

A continuación enlisto algunas de las señales que podrías considerar para llevar a tu hija o hijo a psicoterapia.

• Cuando constantemente presenta dificultades en el aprendizaje.
• Cuando le es muy difícil hacer o conservar amistades.
• Cuando notas que ha tenido cambios en su estado de ánimo, en sus hábitos o gustos de una manera que no parece positiva.
• Cuando notas que le cuesta trabajo defenderse o se pone en situaciones de riesgo.
• Cuando notas que hay situaciones a las que le es difícil adaptarse, por ejemplo, el divorcio de los padres, integración a una nueva familia, cambio de domicilio, cambio de escuela, etc.
• Cuando le cuesta trabajo regular sus emociones, su movimiento corporal  o sus impulsos.
• Cuando tiene problemas para aceptar y respetar las reglas.
• Cuando tiene explosiones de rabia, ira o lo notas irritable.
• Cuando notas retrocesos en sus logros de desarrollo como el lenguaje, la marcha, el control de esfínteres, etc.
• Cuando tiene miedos durante un periodo prolongado. 
• Cuando le cuesta trabajo despegarse de ciertas personas.
• Cuando notas cierta aversión a alguna persona, en especial si antes era alguien cercano.
• Si notas que se altera emocionalmente ante ciertos estímulos sensoriales como aromas, ruidos, luces etc.

La terapia infantil y juvenil está enfocada a ayudar a niños y adolescentes  a desarrollar habilidades que les permitan una mayor adaptación a su entorno y ser más resilientes, así como a ayudar a la familia en el manejo de situaciones que les son difíciles, todo ello se logra a través de sesiones de juego en las que niñas y niños se divierten y aprenden. 

En muchos de los casos asistir a terapia o no puede hacer la diferencia en el desarrollo de la personalidad y el afrontamiento de las adversidades, no sólo del niño sino de la familia. La terapia infantil y juvenil es a la psicología lo que la pediatría a la medicina, es decir,  que está dedicada al cuidado del desarrollo sano de niñas y niños, así que si llevas a tu hija o hijo al pediatra ¿por qué no asistir a psicoterapia cuando ya lo has  intentado todo? 

Recuerda que siempre es mejor prevenir que corregir, un niño sano será un adulto feliz.